Pasaron muchos días, para por fin darme cuenta de que
todo había cambiado hasta llegar al máximo de su
saturación, inflación a punto de desbordarse, desempleo, inseguridad
en las calles sin llegar a mencionar todas las muertes y robos que se dan a
diario en la ciudad, y como siempre gente culpando al gobierno de todo lo malo
que pasa en sus vidas.
Sin ver mucho más allá de su existencia, todo esto para
caer nuevamente en la decisión de desertar y tal vez sucumbir ante un amor
fracturado por los ayeres antepasados que causaron contracturas semejante a una
gema sin brillo ni valor destruida a nivel cristalino, desecha de dolor, hastía
de todo lo que su ser refleja ante los demás pero sin dejar de pensar que siempre
hay esperanzas.
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