Como era costumbre buscaste la salida más fácil a tu
aflicción, te dejaste llevar por tu orgullo dando a tu mente una excusa para
huir, alegando inmadurez e inocencia a mi parte.
Prefiero ser como un niño, sincero, honesto, saludable una
gran obra de Dios un ser inteligente sin preocupaciones de ningún tipo, alguien
alegre buscando siempre la diversión sana y a veces peligrosa, tomando
las precauciones correspondientes.
Tal vez sea un tonto, inmaduro, un estúpido y
pase así toda la vida, sin cambiar absolutamente en nada.
Pero si algo quisiera que realmente nunca cambiara en las
personas es que no olviden que un día fueron niños, una etapa maravillosa en la
vida, primordial para crecer y soñar lo que algún momento queremos
ser.
Yo te digo, no dejes de soñar y huyas de tus
problemas, enfrentarlos con valor es lo mejor, piensa como un niño,
en ese mundo mágico donde todo es posible, mira hacia adelante
y camina también en ese sentido y veras que todo lo que quieras lograr es
posible, eso si, nunca te olvide de Dios, porque con su ayuda todo es posible.
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