Llegaste en el momento mas inoportuno, un tiempo inimaginable, te vi siempre
como una bella princesa de pensamiento concretos, ideas claras sin ninguna laguna mental.
La noche se hizo presente y tus miradas hacia otro lado volteaban, como un perro inquieto y ansioso te encontrabas en ese lugar, te acompañaba la arrogancia y la indiscreción en tu espíritu, su alma se hizo negra y la abandono en la oscuridad, el poco de luz que le quedaba, se esfumo con las estrellas que brillaban esa noche, en un santiamén llego su poeta abriéndole de brazos extendiéndolos formando un gesto, que decía ¿Qué sucede?, mientras con extrañeza fruncía el ceño y la miraba, de pronto se levanto y se despidió con una sonrisa falsa y una cara de tragedia incompresible para mi intelecto, de repente recordé aquellas palabras que un día me dijo: !Ahorita, no quiero nada con nadie!.
La hipocresía volvió a mi mente jugando un juego de palabras como un ajedrez , se me había escapado como un pez en el agua la ilusión, de un enamorado en pleno auge, el cereal sin haberlo probado, el periódico sin apenas tocarlo, el agua se seco sin que pudiera tomar ni un sorbo, todo se fue en caída libre sin nada que hacer.
La resignación me llamo en la noche para darme cuentas de las cuales tenia deudas, acepte con determinación que la esperanza nunca se pierde, decidí luego de una evaluación de la guerra, hacer una retirada de la batalla para armar un nuevo plan que me lleve a la conquista de esas hermosas tierras donde fluye leche y miel.
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